miércoles, 3 de noviembre de 2010

IMPRESIONES

Magia
Piscinas en Leça de Palmeira, el mar se abre ante nuestros ojos. La vida se ve reducida a un diminuto fragmento de rocas y rugir de olas que se funden con la arquitectura.
¿Dónde hemos quedado nosotros? La inmensidad del paisaje sobrecoge, haciéndonos sentir pequeños. Tanta belleza atrae, paraliza, te atrapa en aquel lugar que recorreremos muchas veces entre sueños.
Silencio, ya nadie se atreve a hablar. El sol se está poniendo, no tiene prisa. Recorrerá las grandes líneas del edificio que se unen con las rocas. Tiene una certeza, con cada día que las acaricie se harán más bellas.
Volvemos a entrar. El horizonte se recorta en un marco de cobre y madera. Tacto de hormigón roto, de roca dura.
Al salir, odiamos y adoramos al arquitecto que lo imaginó.

1 comentario:

pintalamona dijo...

SIIIII !!!

DESPUES DE CADA BELLEZA, DE TODAS LAS BELLEZAS, YA NO SOMOS LOS MISMOS. JMS