jueves, 23 de septiembre de 2010

biblioteca de libros digitales entre Alcalá y Hermosilla

En los primeros croquis se entendía que, al ser el soporte de lectura a utilizar en la biblioteca el electrónico, la luz se debía tratar de una forma muy concreta. Por ello se cierra el lado sur completamente y el norte se utiliza de forma que desde el interior las vistas de la calle Alcalá puedan ser controlables sin dejar pasar demasiada luz.
Para que la luz llegue al interior se plantea que entre por un lucernario que cuelga de la cubierta, convirtiendo al espacio central en el espacio protagonista. Esta estrategia permite además diferenciar distintos espacios, separados entorno a la entrada de luz.

En planta baja se accede al edificio por el chaflán y se entra entre dos muros curvos de hormigón, el techo va descenciendo a medida que entramos en el edificio, lo que permite una transición entre la escala urbana de la ciudad y la menuda del interior.






1 comentario:

Kschesinski dijo...

Parece que el artista ha sabido conjugar bien los efectos de la luz y la transición de espacios.